20 razones por las visitar que Filipinas

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1) Filipinas no está masificado. Pasear por las capitales de Tailandia o Vietnam ya no es lo que era: camisetas de Padre de Familia por todas partes, ingleses y australianos embriagados y taxistas que te hacen dar vueltas imposibles son algunas de las consecuencias de un turismo masificado. En Filipinas todavía no se ha llegado a este punto y es fácil encontrar rincones por explorar.

2) Las playas son espectaculares. El Nido ofrece algunas de las playas e islotes más increíbles del mundo, y en sus aguas cristalinas se pueden descubrir decenas de especies animales que nadan a nuestro alrededor sin ningún tipo de problema. La White Beach de Boracay es otra de las playas estrella del país.


El Nido


Playa del Nido


3) El fondo del mar es sorprendente. Tiburones zorro en Malapascua, arrecifes multicolor en Mindoro y Tubbataha, jardines de coral en Anilao o inmersiones nocturnas para ver especies fosforescentes son algunos ejemplos. ¿Lo más impresionante? Nadar junto a tiburones ballena (conocidos como “los gigantes apacibles”) en las aguas de Donsol.

4) Podemos descubrir tesoros escondidos. Los submarinistas pueden encontrar reliquias como el carguero japonés Olympia Maru, que yace enterrado en el suelo marino y está lleno de peces globo y tortugas gigantes. También hay proyectiles norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial en el fondo del mar.


Fondos marinos de Filipinas


Restos de la II Guerra Mundial en los fondos marinos de Filipinas


5) Los filipinos son extremadamente simpáticos. En general, los filipinos son personas muy atentas que enseguida se interesan por la gente que conocen. Es fácil hablar con ellos y conocerlos más de cerca, y es muy probable que sonrían durante todo el tiempo que interactuamos con ellos.

6) El tagalo es fácil de aprender. Cuando los españoles llegaron a Filipinas, los indígenas no tenían nombre para las horas ni los días de la semana, y por eso adaptaron los sonidos hispánicos a su propia lengua. ‘Basura’, ‘seis y media’, ‘coche’, ‘tenedor’ o ‘enero’ son algunas palabras que se entremezclan con el tagalo.

7) El karaoke es una experiencia única. ¿Pensabas que sólo los japoneses estaban locos por esta forma de cantar? Resulta que los filipinos son unos auténticos fanáticos de las melodías públicas y por eso hay un karaoke en todo bar que se precie.


Karaoke filipino


Karaoke filipino, casi una forma de vida


8) Podemos hacernos un selfie local. Los habitantes del país tienen dos maneras muy concretas de hacerse selfies: una es poner la mano a la altura de la cabeza con los dedos haciendo el símbolo de la paz, y la es otra colocar la mano en forma de pistola por debajo de la barbilla. Seguro que tu Instagram recibe más seguidores filipinos si te tomas una foto así.

9) Los filipinos no paran de comer. La ‘meryenda’ se come a todas horas del día, en cualquier momento o lugar, y acostumbra a referirse a bollos o chocolates. El arroz es el ingrediente indispensable para desayunar, almorzar y cenar, y lo aman tanto que incluso lo McDonald’s lo sirven para acompañar la hamburguesas. ¿Quién quiere patatas teniendo arroz?

10) Los postres no tienen comparación. Traducido como “mezcla-mezcla”, el halo-halo es un postre filipino que contiene todo lo que seas capaz de imaginar: judías dulces, plátano caramelizado, garbanzos, boniato, trozos de coco y arroz se mezclan con hielo picado para ofrecer uno de los sabores más singulares –e imprescindibles- del país.

11) El mango te dejará sin palabras. Dicen que Isak Andic, el fundador y principal accionista de la marca de ropa Mango, decidió poner el nombre a la compañía después de probar esta fruta tropical en un viaje a Filipinas (además del sabor, le gustó que la palabra ‘mango’ se dijera igual en prácticamente todos los idiomas). En 1995, el mango filipino entró a formar parte del récord Guiness como la fruta más dulce y jugosa del mundo.


Mango filipino


Mango filipino

12) Los olores y sabores te llevan al límite. Otra de las frutas imprescindibles es el durian. Prohibida en hoteles, autobuses y restaurantes por su horrible aroma, esta pudiente fruta tiene propiedades afrodisíacas y es muy nutritiva. Otra prueba para fuertes es el balut, un huevo fertilizado con un embrión dentro que tiene muchas proteínas.

13) Las formaciones geológicas parecen de otro planeta. Las Colinas de Chocolate en Bohol, formadas por 1268 montañas simétricas, y las terrazas arroceras de Banaue, construidas hace más de dos mil años y consideradas como unas de las ocho maravillas del mundo, son dos paisajes de obligada visita.


Colinas de Chocolate en Bohol


Colinas de Chocolate en Bohol


14) Puedes ir de excursión entre volcanes. Con 37 volcanes repartidos por todo el archipiélago, los amantes del trekking tendrán varias opciones para salir a la aventura. El imponente Monte Pinatubo es una de las mejores alternativas, aunque también es interesante visitar el volcán Taal, que es el mas pequeño de Filipinas.


Volcán Taal


Volcán Taal: el más pequeño y uno de los más activos


15) Manila respira pasado colonial. Los intramuros de la capital permiten adentrarnos en el pasado español del país y pasear por una ciudad amurallada que data del año 1571. Llena de tiendas artesanales y grandes patios interiores, la zona ofrece un respiro al caos de coches y gente de Manila.


Zona colonia de Manila


Zona colonia de Manila


16) Los jeepneys te llevan a todas partes. Estas fantásticas furgonetas pintadas con colores chillones y llenas de mensajes sobre Dios y Jesucristo son jeeps militares de las tropas norteamericanas de la Segunda Guerra Mundial que se han reciclado en autobuses. Con capacidad para 20 personas, recorren pueblos y ciudades por 14 céntimos el trayecto.

17) Los gremlins son filipinos. ¿Creías que Steven Spielberg se había inventado estas criaturas? Si vas a la isla de Cebú verás que no es así, ya que aquí encontramos a los tarseros, unos animales sorprendentes de ojos saltones y cuerpo diminuto que pasean entre la vegetación filipina. Los Furbys también están inspirados en este primate, que es tan amante de la libertad que se suicida cuando lo capturan.


Tarsero de Filipinas


Tarsero de Filipinas


18) En la iglesia no hay ni Cristo. En realidad, es más bien todo lo contrario. En Filipinas son muy creyentes y practicantes, y algunos de ellos están vinculados a la Ni Cristo Church, que es la iglesia cristiana independiente con más fieles en Asia (con unos diez millones de seguidores). En Manila, es habitual encontrarse con mensajes de “Dios te quiere” colocados sobre los rascacielos.

19) Puedes practicar costumbres ancestrales. Otra opción de viaje es dirigirnos hasta los poblados indígenas. Los aetas son amables y acogedores, viven en las montañas de Luzón y tienen un característico cabello rizado, piel oscura y estatura baja. Es posible pasar algunas noches en una de sus aldeas y compartir con ellos sus creencias y maneras de vivir.


Poblado Aeta


Poblado Aeta


20) Si tienes morriña, puedes ir a un bar español. Los españoles pasaron ni más ni menos que 333 años en Filipinas, una influencia que aún se encuentra en la variedad de restaurantes españoles en Manila. Si quieres visitar uno de los mejores dirígete a Las Flores (One Mckinley Place, 25th St), que ofrece comida tradicional española en pleno centro de la capital.

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