Puede que te obsesione su grado de pureza, en cuyo caso matarás por un chocolate negro con un 90% de pasta de cacao y no te conformarás con menos del 70%. Puede que te vuelva loco su dulce untuosidad y ese cosquilleo absurdo que parece ponerte de buen humor. No importa en qué desastre físico o anímico estés metido: son las endorfinas que se generan cuando lo consumes y también es posible que te lleve su alta riqueza en antioxidantes naturales, o sea, el elixir de la eterna juventud. Un placer oscuro que le debemos al continente americano y que se ha extendido como la pólvora por el resto del mundo.
1. MÉXICO
El chocolate maya es uno de los más cotizados por los puristas. Para empezar porque a la luz de la palabra maya xocoatl muchos defienden que fue aquí donde nació tan revolucionario producto. Pruébalo en Tabasco al estilo antiguo, líquido pero espeso y aderezado con pimienta. Después puedes visitar alguna de sus haciendas de chocolate y completar la visita dejando que su aroma te acompañe desde el principio hasta el final.
Oaxaca es otro lugar excelente para darte un baño de endorfinas. Conocida como “la ciudad del chocolate”,
comprobarás que sus calles están impregnadas por el adictivo aroma del
cacao y un montón de tiendas que lo producen directamente. Además aquí
podrás probarlo como complemento a la comida, como por ejemplo con unos moles. El mejor lugar para iniciarte es en La Soledad, una tiendita de toda la vida repleta de tentadoras variedades.
Chocolate de Oaxaca
2. BÉLGICA
El chocolate llegó para quedarse en 1912, cuando Jean Neuhaus inventó el praliné
–un dulce de chocolate mezclado con crema, frutos secos y azúcar-
dándole al producto un toque autóctono e inconfundible. Lo demás es
historia. Bélgica tiene más chocolaterías por metro cuadrado que cualquier otro país del globo
y cuenta con una variedad de estilos y propuestas que te hará llorar de
placer. Neuhaus sigue la tradición de su fundador y otros clásicos que
te encontrarás a cada paso también. Atento a los escaparates de Godiva, Leonidas o Guylian.
Chocolates Neuhaus
Si lo tuyo son las emociones fuertes también estás de enhorabuena. Existe toda una generación de nuevos maestros chocolateros que te va a sorprender. Empieza por Pierre Marcolini, que ha sabido ganarse el corazón de los belgas, especialmente en su tienda de Bruselas. Marcolini es conocido como el enfant terrible del chocolate
y es famoso por su chocolate aspirado, por utilizar hilos de oro y
porque su tienda parece una joyería. Tampoco debes perderte las
creaciones de Dolfin, con más pasta de cacao que otros, hasta un 88%, y mucha menos grasa. Si lo que prefieres es dejarte llevar por la apetencia y quieres que el olor sea tu guía da un paseo temático por las muchas chocolaterías artesanas de la bella Brujas, tu visita será inolvidable.
Los chocolates del 'enfant terrible' del chocolate
3. SUIZA
El pequeño país alpino se siente visiblemente orgulloso de su íntima relación con el chocolate. Una historia que se remonta a 1875, cuando lo mezclaron con leche y a 1879, cuando a Rudolphe Lindt se le ocurrió derretirlo regalando al mundo el chocolate fundido.
Desde entonces ha llovido mucho y los suizos, siempre amantes del lujo,
han glamurizado el chocolate, de modo que muchas de sus chocolaterías
parecen galerías de arte. En Zurich encontrarás algunas espectaculares. Atento a las deliciosas trufas de Sprungli y a su no menos creativos escaparates. En Ginebra no te pierdas la Chocolaterie du Rhone, con más de 50 tipos de chocolate. Para multiplicar tus placeres puedes reservar un billete en el Tren del Chocolate, que conecta Montreux y Broc. En esta coqueta ciudad no puedes dejar de visitar la Maison Caillier, perfecta para hacer un delicioso tour y salir con el mejor sabor de boca.
Las mejores trufas de Suiza
4. PARÍS
Si en toda Francia el chocolate es un placer compartido, en la capital las chocolaterías son un placer sensorial que no debes perderte. Comienza tu recorrido por Patrick Roger, el chico malo de la Ville Lumiere, disfrutarás de sus provocativas formas y de su retorcido sentido del humor.
Escaparate de su tienda de La Madeleine
Continúa por un clásico, Pierre Hermé, el artesano más renombrado. No te pierdas sus delicias de chocolate, desde la más oscura hasta la más dulce. Continúa con Jean-Paul Hévin, uno de los más conocidos internacionalmente, especialmente por sus chupa chups de chocolate, y no dejes de visitar Chloé Chocolat, toda su materia prima –con un 85% de pureza- llega de una cooperativa boliviana, El Ceibo. Allí, además de disfrutar de sus propuestas, podrás reservar una lección magistral o un recorrido temático por París con el chocolate como protagonista.
Delicados chocolates de París
5. NUEVA YORK
Dado que tienen la materia prima muy cerca, el gusto por lo dulce muy
acentuado y la vida muy frenética, no te extrañe que las más buscadas chocolaterías de Nueva York sean reductos de paz y armonía donde poder calentar tu cuerpo y tu alma al amor de una humeante taza o un rollizo cupcake. Prueba la sensación en Magnolia Bakery, un pequeño establecimiento de los 50, muy del rollo Sexo en Nueva York y no olvides pedir un red velvet chocolate cupcake. Si te quieres dar un homenaje caliente apuesta por Max Brenner, donde podrás beberte un excelente chocolate o elegir entre sus trufas –la de Martini vale la pena- y sus fondues.
Pizza de chocolates de Max Brenner
6. ESPAÑA
El clásico chocolate con churros
no desmerece nada cuando se trata de levantar a un muerto, y si no que
se lo digan a la colección de trasnochadores que desde antiguo apuestan
por este tratamiento para volver a ser personas razonables. Algo que
también funciona a media tarde o nada más levantarte, va en gustos. En Barcelona puedes apostar por Cacao Sampaka, mucho más moderno y colorista. Atrévete con sus mezclas especiadas y deja que el paladar te guíe sin prejuicios.
El chocolate con churros de una manera deliciosa
7. VIENA
Hay un pastel en este mundo que no debes dejar de probar. La aclamada Torta Sacher del hotel del mismo nombre. Un homenaje al chocolate, que ni empalaga ni cansa. Creada en 1832 por Franz Sacher le dio tanta fama que años después su hijo pudo abrir el internacionalmente conocido Hotel Sacher, una pieza de época que todavía conserva todo el encanto y el lujo por el detalle de finales del siglo diecinueve. Prueba la torta con crema fría en sus encantadores salones y regálate un viaje en el tiempo.
La tarta más famosa con esencia hotelera
8. TOSCANA
Cierto. El helado de chocolate italiano puede hacer que se derrita parte de tu cerebro, al menos temporalmente, pero habrá merecido la pena. Prueba las deliciosas propuestas del Valle del Chocolate, en el norte de la Toscana, famoso por no utilizar aceites vegetales en sus productos. Date un capricho en Vestri, en Florencia, y no dejes de probar el helado de chocolate negro y naranja siciliana. Placer sin palabras.
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